(VER VIDEOS) Verónica y Karina Ojopi son maestras de Primaria. Ambas heredaron de su madre, Zulma Salvatierra, profesora jubilada, el amor por la docencia. Carmen y Claudia Tomelic han encontrado en el colegio donde ambas estudiaron su segundo hogar

6 de junio de 2024, 7:36 AM
6 de junio de 2024, 7:36 AM

Cuatro educadoras. Ellas no solo destacan por su dedicación y compromiso, sino también por el vínculo que las une: son hermanas y compañeras en la noble tarea de enseñar. 

Madre maestra, su ejemplo a seguir

Las hermanas Verónica y Karina Ojopi Salvatierra, ambas profesoras de Primaria en el colegio San Lorenzo, tuvieron el ejemplo inspirador de su madre, Zulma Salvatierra Rodríguez, también maestra de profesión. 

“Tenemos la suerte de tener una mamá que le dedicó alma, vida y corazón a su profesión. Su ejemplo vale mucho más que todos los años de estudio que hemos tenido. Le agradezco por haberme inculcado el amor por lo que hago”, reflexiona Karina, mientras Verónica añade que su mamá trabajó 48 años en el Magisterio, jubilándose en 2021, en medio de la pandemia Covid-19  “A partir del ejemplo y el amor que le tuvo a su profesión, fue que nació en mi familia el amor por la docencia”, fueron sus palabras. 




Ambas hermanas son profesoras de cuarto grado de Primaria. Enseñan seis materias troncales: matemáticas, lenguaje, ciencias naturales, ciencias sociales, artes plásticas y valores. Para ellas, el cariño y la gratitud de sus alumnos son el mayor reconocimiento a su labor. 

A los nuevos profesores, les piden que ejerzan su labor con amor y respeto, también  recomiendan que nunca dejen de prepararse y que escuchen a los niños. “La escuela es un refugio para los alumnos”, recalca Verónica. 

Las hermanas Tomelic, de exalumnas a educadoras

Las hermanas Carmen y Claudia Tomelic han encontrado en el colegio donde ambas estudiaron su segundo hogar. Desde temprana edad, Carmen soñaba con trabajar con niños, lo que la llevó a elegir la psicología, con un enfoque en el área infantil, como su carrera universitaria. Tras graduarse, recibió una propuesta para trabajar con niños de Pre Kínder, y han pasado 24 años desde entonces.Actualmente, Carmen se desempeña como profesora de primero básico. 

Similar experiencia tuvo Claudia, puesto que la docencia también llegó a su vida gracias a una invitación y al poco tiempo se dio cuenta que era su verdadera vocación. En los 20 años que lleva ejerciéndola, ha enseñado en los tres niveles (Primaria, Intermedio y Secundaria). Ahora es maestra de Ciencias Naturales de los tres cursos de Intermedio.




Enseñar en un colegio bilingüe, donde el inglés es la primera lengua, representa un reto adicional para ellas, que han sabido sobrellevar dominando el idioma. Carmen dice: "Los niños son esponjas, hay que enseñarles mediante juego, historias, canciones, chistes, para que el aprendizaje sea una aventura divertida", y Claudia añade: "Mientras más hablas y prácticas, es mas fácil".

Cuando se les pregunta qué significa ser maestro, Carmen responde: "Al maestro le apasiona su trabajo y siente un profundo amor por lo que hace. Enseña la parte académica que requiere cada nivel, pero también abre las puertas de la creatividad, curiosidad, compañerismo y tolerancia. Aunque los valores y el ser personas íntegras vienen de casa, el maestro también contribuye con las enseñanzas y experiencias en el aula". 

Por su lado, Claudia disfruta de aprender pequeñas cosas de sus alumnos a diario. “Un abrazo o un buen día te cambian el día, mis estudiantes son como mi familia”, asegura.


Carmen Tomelic (izq.) y Claudia Tomelic / Foto: Jorge Gutiérrez
Carmen Tomelic (izq.) y Claudia Tomelic / Foto: Jorge Gutiérrez

Al consultarles sobre anécdotas con sus alumnos, aseguran que atesoran muchas en su memoria. Carmen recuerda una anécdota de sus primeros años como maestra de Pre Kínder, cuando sus estudiantes se imaginaron ser autos después de ver la película "Cars". "Un día, ellos comenzaron a usar la alfombra como pista de carreras. Solo me quedé mirándolos y riendo hasta que su carrera acabó. Es más, hubo un ganador", dijo entre risas. 

Hace algunos años, relata Claudia, sus estudiantes de Octavo Grado debían tomar un examen final el último día de clases. Ellos estaban muy nerviosos y preocupados, pero ella había planeado hacerles una fiesta de despedida. “Realmente fue una fiesta sorpresa, casi me matan porque habían estudiado bastante. Con la torta los compensé”, rememora.

Al reflexionar sobre lo que aprende de sus estudiantes, Carmen destaca la importancia de reír y disfrutar de las cosas pequeñas, y aprender a escuchar con paciencia y respeto. Sobre el futuro de la educación, opina que con tanto acceso a la tecnología, gran parte del aprendizaje estará basado en proyectos colaborativos que integren ciencias, matemáticas, lectura y escritura. Claudia considera que los métodos y tipos de aprendizaje cambian constantemente, pero que el rol de guía, mentor y consejero del maestro seguirá siendo el mismo.