Gracias a la alianza entre ambos programas se pondrá en marcha un proyecto piloto que busca potenciar la producción textil dentro del penal de Palmasola, de Santa Cruz. Se replicará un modelo de trabajo que actualmente opera en varias cárceles de Perú

12 de mayo de 2024, 10:13 AM
12 de mayo de 2024, 10:13 AM

Con un calor agobiante, que hace que el termómetro marque 35 grados, cerca de 70 privados de libertad se acomodan en sillas y banquetas en el comedor policial de la Dirección de Régimen Penitenciario de Palmasola. Fueron convocados el viernes primero 1 de marzo para discutir un nuevo proyecto que impulsará el programa “Cárceles Productivas” de Bolivia, aplicado en el país desde 2022. 

Esta iniciativa tiene como objetivo principal potenciar la producción textil dentro del penal de Santa Cruz, tomando como referencia un exitoso modelo de trabajo que actualmente opera en varias cárceles de Perú, liderado por Hernán Leo, un privado de libertad que, durante su encierro de casi tres años, reconoció la necesidad de brindar una segunda oportunidad a quienes, como él, cumplen una condena.

Voces de los internos para comenzar de nuevo

El primer encuentro con un grupo de los privados de libertad del penal de Palmasola fue virtual. A través de las cámaras pudieron conocer a Leo y el proyecto Cárceles Productivas de Perú, su alcance y cómo podrían beneficiarse con su implementación. Un par de semanas después, los mismos privados de libertad fueron escuchados por las autoridades penitenciarias y Leo.


Los internos reunidos en el comedor policial de la Gobernación / Foto: Miguel Surubí
Los internos reunidos en el comedor policial de la Gobernación. Hernan Leo cuenta su historia / Foto: Miguel Surubí

​De los pocos internos que se animaron a hablar surgieron iniciativas que animaron al resto de sus compañeros. La primera idea lanzada fue poner una curtiembre dentro del penal para tener su propia materia prima, lo cual aumentaría la producción de artículos en cuero. 

Actualmente, los artesanos trabajan con piezas donadas, de los retazos que reciben elaboran una variedad de accesorios, tales como billeteras, carteras, monederos, cinturones y gorras. 

Otro interno propuso hacer harina de hueso utilizando dos insumos que se utilizan a diario dentro del penal: los huesos “del rancho” (comida) de los reclusos y el aserrín que producen los carpinteros para el secado de los mismos. 

Un miembro de uno de los talleres de textiles, donde se elaboran los chalecos que usan los internos en los diferentes pabellones, dijo que pueden trabajar con moldes para crear cualquier prenda, pero que lo que hace falta es la materia prima. 

“Las segundas oportunidades son reales, todos merecemos una segunda oportunidad. Es muy importante la aceptación. Si ustedes no aceptan que cometieron un delito, no van a avanzar. El tema es ponerse bien los pantalones y aceptar lo que uno hizo”, les dijo Leo, reforzando la idea de que gracias al trabajo todo lo que sueñan se hará realidad, por el bien de ellos y de sus familias.

 

“Es fundamental que sientan un compromiso genuino”

Mauricio Romero Catacora, actual Director de Régimen Penitenciario de Palmasola, lidera una política nacional que se inició en 2022 bajo la dirección del presidente Luis Arce y el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, a través de la Dirección de Régimen Penitenciario. 


Delegados de diferentes pabellones con los impulsores del proyecto / Foto: Miguel Surubí
Delegados de diferentes pabellones con los impulsores del proyecto, Mauricio Romero, director de Régimen Penitenciario de Palmasola, y Hernan Leo / Foto: Miguel Surubí

En Santa Cruz, se han implementado iniciativas como huertos con semillas donadas y programas para artesanos que trabajan en cuero, madera, latas, llantas de goma y textiles. Los productos de estos trabajadores se venden en ferias locales, en la Expocruz, en Empa (ex edificio de correos), en el aeropuerto internacional de Viru Viru y dentro y fuera del penal de Palmasola. También en ferias en Cochabamba y La Paz.

Estas iniciativas benefician a cerca de 700 personas privadas de libertad en diferentes rubros en Palmasola, que alberga a 8.600 internos, y también brindan empleo a sus familias.

“La legislación establece que el trabajo es un pilar fundamental en el sistema penitenciario, con comités de trabajo conformados según lo dispuesto por la Ley 2298, que designa responsables y coordinadores en cada pabellón, tanto de hombres como de mujeres”, precisó la autoridad.

Tomando como referencia la experiencia exitosa de la empresa "Hilos Dorados" en las cárceles de Perú, se busca replicar este modelo en Bolivia. “Las expectativas son altas y se han realizado consultas con los delegados para conocer los deseos y necesidades de la población carcelaria. Es fundamental que los internos sientan un compromiso genuino hacia la transformación del sistema penitenciario”, responde con entusiasmo sobre la nueva alianza.

Inicialmente, se trabajará en el rubro textil en el sector de varones, con planes de expansión hacia otras áreas. En Palmasola hay más de 40 privados de libertad que trabajan en esa área, pero se espera aumentar este número con la implementación de nuevas iniciativas. 

Asimismo, se coordinará con los equipos multidisciplinarios de Régimen Penitenciario a nivel nacional para dar a conocer el trabajo realizado en Perú y explorar la posibilidad de replicarlo en otros penales de Bolivia.

Un liderazgo que nació en la cárcel

Hernán Leo está comprometido con la reinserción social y el cambio de vida de los privados de libertad. Tras pasar dos años y ocho meses en prisión, Leo salió en libertad por buena conducta y por su participación en programas de reinserción social. Su experiencia lo llevó a desafiar las percepciones comunes sobre la vida en prisión. "Me di cuenta de que las cárceles, señores, no son lo que la gente piensa. Creen que las personas que están recluidas ya no sirven, y no es así", les dijo a los internos de Palmasola.

Con cinco años de vigencia, el proyecto de Cárceles Productivas de Perú, que es una política de Estado, busca proporcionar oportunidades laborales para los internos. Cuenta con 160 internos, que trabajan a tiempo completo de lunes a domingo, dentro de diferentes establecimientos penitenciarios. 


Un privado de libertad trabaja en una de las cárceles de Perú / Cortesía
Un privado de libertad trabaja en una de las cárceles de Perú / Cortesía

"El trabajo es una terapia. Las cárceles no son un depósito humano", afirma Leo, director de la empresa Hilos Dorados, creadora de la línea de ropa urbana “Lima La Gris”, elaborada en cárceles peruanas. 

En un país como Perú, donde el hacinamiento en las cárceles es una realidad, salir a trabajar se convierte en un lujo para los internos. "El trabajo es un escape. Yo decidí cambiar de vida, lo estoy haciendo y para mí es un orgullo estar frente a todos ustedes y poder compartir esta experiencia", añade, destacando el papel crucial que desempeña en la distracción de pensamientos negativos y en la rehabilitación mental de los reclusos, algunos de los cuales enfrentan largas condenas.

El enfoque de Cárceles Productivas implica establecer relaciones entre empresas y el sistema penitenciario, donde las empresas se comprometen a proporcionar trabajo a los internos. "No es caridad. Se trata de crear una relación mutuamente beneficiosa donde todos ganen". aclaró Leo. 

Espacios acogedores y capacitación mutua

Crear espacios acogedores de trabajo que fomenten la creatividad y el aprendizaje es crucial para el bienestar y productividad de los internos dentro de las cárceles. Una vez habilitado, comienza el proceso de capacitación. Esta etapa es fundamental para preparar a los internos para el mundo laboral. 

Un aspecto destacado del programa es la capacitación entre compañeros. A los internos que dominan un oficio, se les anima a capacitar a otros en diferentes cárceles a través de sesiones virtuales, como la experiencia exitosa donde internos del penal del Callao capacitaron a sus pares en el penal de Chimbote, a ocho horas de distancia de Lima.

Además del aspecto formativo, el programa también tiene un impacto económico significativo. En Perú, donde más de 80 empresas operan en 64 cárceles, los internos se motivan a avanzar rápidamente en su trabajo para aumentar sus ingresos. 

En ese sentido, Leo destaca la importancia de que los internos se sientan útiles para la sociedad y enfatiza la necesidad de proporcionarles acceso a la información y la formación continua. Además, planea expandir el alcance del programa, en colaboración con diferentes industrias en Santa Cruz y otras regiones de Bolivia.

Seguridad y Terapias Ocupacionales

La Policía Boliviana despliega sus funciones de acuerdo con las leyes vigentes para garantizar la seguridad en los centros penitenciarios del país. Nicanor Corcuy, director del Centro Penitenciario de Palmasola, ha destacado que, mediante evaluaciones realizadas por equipos multidisciplinarios en áreas como educación, trabajo, psicología y salud, se lleva a cabo la clasificación de los internos con el fin de proporcionarles terapia ocupacional.

En el marco del nuevo proyecto de Cárceles Productivas entre Bolivia y Perú con la empresa Hilos Dorados, se prevé la firma de un convenio de cooperación para garantizar la seguridad tanto en el ingreso de insumos al penal de Palmasola como en el desarrollo del trabajo de los internos.

Aprendí a trabajar en Palmasola

"Soy artesano de Régimen Abierto, hace seis años que trabajo. Aquí aprendí a trabajar porque afuera no trabajaba”,así comenzó a contar su historia un interno de 45 años en el penal de Palmasola.

Inicialmente, se introdujo al trabajo con cuero, luego incursionó en el sector textil, aprendiendo a confeccionar hamacas en hilo, y finalmente se especializó en el trabajo con madera, donde se encuentra actualmente.

Dentro de Palmasola se venden los productos de los artesanos / Foto: Jorge Gutiérrez
Dentro de Palmasola se venden los productos de los artesanos / Foto: Jorge Gutiérrez

Asegura que disfrutó de todas las áreas en las que trabajó, destacando que la carpintería le proporciona mayores ingresos económicos. Allí fabrica una variedad de accesorios para cocina, como condimenteros, porta huevos; y fuentes y letreros para abogados. Para distribuir sus productos, cuenta con el apoyo de su familia, quienes se encargan de entregarlos fuera del penal. Se enorgullece de contribuir al sustento de su familia.

“Aprendí gracias a Dios, con esto me mantengo y mantengo a mi familia”, dice con gratitud antes de despedirse para atender su puesto en la feria permanente que funciona de jueves a domingo en el interior del penal.