Cara a cara

Ante la impavidez de autoridades locales y nacionales, después de 10 días quedó en suspenso el bloqueo de la carretera entre Santa Cruz y Beni. La medida fue ejecutada por productores e ‘interculturales’ exigiendo la construcción de una estación de servicios en el municipio beniano de San Andrés. Una demanda que debió haberse atendido y/o resuelto antes de que fuera colocada la primera piedra o rama para cerrar el paso.

 Los bloqueadores se replegaron tras un acuerdo con YPFB, emplazado hasta el 5 de junio para atender la exigencia. El prolongado corte de una de las principales rutas nacionales causó serios perjuicios a quienes se vieron afectados en su derecho constitucional al libre tránsito y para sectores productivos impedidos de movilizar sus cargas de un departamento a otro.

Termina el mes de mayo pero ya están en la ‘agenda’ de junio nuevos bloqueos en el país ‘tranca’. El transporte pesado, a escala nacional, determinó movilizaciones y cortes de carreteras el 3 y 4 de junio por la escasez de dólares, la falta de combustibles y el accionar ‘abusivo’ de la Aduana e Impuestos Nacionales contra el sector. Los gremiales, con exigencias parecidas, han anunciado para el día 11 una marcha desde Patacamaya hacia la sede de Gobierno en La Paz, también con probables bloqueos si sus reclamos no son satisfechos. No cabe duda que la cultura del bloqueo tiene el músculo robustecido en Bolivia. Un país que avanza hacia su propia autodestrucción. Cuesta abajo. Sin que nada ni nadie pueda evitarlo.